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Historias -18-

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ttalktomesoftly's avatar
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Malentendido

- Buenos días- Saludó mi primo con los ojos hinchados.
- Buenos días, ¿Dormiste bien en el sillón?
- Sí, sí, ni me acordé de que no estaba en mi cama.
- Está bien ¿Querés desayunar?
- Dale, ¿Cuál es el menú del día?
- Ahí te dejé una fuente llena de tostadas, tenés la manteca adentro de la heladera y te hice un vaso de chocolatada, ¿Me equivoqué en algo?
- No me puedo quejar Dani, me consentís más que mi propia abuela.
- Ajajá, ya sé, pero no puedo evitarlo. Bueno entonces me voy yendo.
- ¿A dónde te vas?- Preguntó sorprendido mientras devoraba una tostada entera de un solo bocado.
- Voy a verlo a Gadiel.
- Pará, pará, ahora que me acuerdo, la tía me contó algo de ese tal “Gadiel”… ¿No es el que te dejo hace poco menos de un año?
- El mismo ¿Por qué preguntas?- Estaba rogándole al cielo que no se pusiera en la postura del primo protector, odiaba cuando la gente se metía en mis decisiones, por más auto-destructivas que fueran.
- No por nada- Me respondió pensativo mientras bebía todo el contenido del vaso de sopetón.
- Si no tenés nada más que decirme entonces me retiro- Lo saludé mientras le daba un beso en la mejilla.
- ¡Cuidate!- Escuché que me gritaba desde el otro lado de la puerta cuando ya estaba llamando al ascensor.

Se suponía que un día de estos le darían el alta a Gadiel porque había avanzado muy bien, era sólo un acontecimiento más para que él pudiera jactarse de que era un hombre duro, etc., pero quería estar ahí para verlo.
Ahora que Gale estaba bien ya no había guardias durante toda la noche, pero igual durante el día venía gente a visitarlo. Fue por eso que me pareció extraño que al llegar hasta la puerta de la habitación doscientos seis no hubiera nadie.

- ¿Hola?- Pregunté abriendo la puerta de la habitación.
- Ahí está…
- Dana- Saludó Gadiel con una sonrisa sentado en una silla.
- Buenos días Dana- Saludo Laura.
- Hola Danita- Me saludo Abel- Te estábamos esperando.
- Ah ¿Si?
- Es que te necesitamos una vez más, si no es molestia.
- No Abel, por favor, ¿Cómo va a ser molestia?- Respondí riendo- ¿De qué se trata el favor?
- Lo que pasa es que Laura y yo tenemos que pagar la internación, ir a hablar con los del seguro del auto y  algunos trámites más. Así que  no podemos hacernos cargo de Gale.
- En este momento no se si sentirme un bebé de pecho o un objeto, ¿Qué sería peor?- Comentó Gadiel falsamente indignado.
- No seas tonto, sabes que lo que tus papás hacen por vos es porque te quieren cuidar- Le contesté riéndome.
- Jajajá, si ya sé…- Me contestó a su vez. Parecía que había buena vibra en el aire.
- Bueno, ¿Entonces podrías llevarlo hasta la casa y quedarte con el hasta que lleguemos?
- Sí, no se hagan ningún problema. Yo lo cuido.
- Ay que bueno, encontré familia adoptiva- Bromeó Gadiel.

Gale estaba en muletas, con el yeso de la pierna izquierda y el otro en el brazo derecho. Por lo tanto no se podía mover completamente solo. Cuando el taxi frenó en frente de la puerta de su casa él se puso inmediatamente en movimiento, saco las llaves de su bolsillo, dejó el bolso que no me había dejado llevar al lado del umbral e intentó abrir la puerta.

- Uy dios esta puerta, la tendría que cambiar uno de estos días.
- ¿Me dejas probar Gale?- Le pregunté en un tono sutil, yo sabía lo mucho que le molestaba no ser autosuficiente a veces.
- No Dana, yo puedo solo.

Como no tenía mucho equilibrio en muletas, no podía ejercer buena presión sobre la puerta. Por lo tanto no pudo abrirla ninguna de todas las veces que lo intentó.

- ¿Me dejas probar por favor?- pregunté nuevamente unos minutos después al ver que la puerta ni temblaba ante su fuerza.
- No Dana, ya la abro, esperá un segundo, ¿Tan apurada estás?

Me contuve de no decirle nada, nuestras personalidades tan explosivas nos jugaban en contra en una pelea, y siempre terminábamos mal porque los dos éramos muy orgullosos.

- Me dejas probar, por favor- Afirmé esta vez al ver que Gadiel ya estaba dejando la muleta apoyada en la pared para hacer mayor fuerza.
- No, no pero, para…
- No, no, nada-  Le contesté abriendo la puerta al primer intento.
- Sólo porque estoy lisiado, porque sino…- Susurró sin terminar la frase mientras se iba caminando hacia su habitación a dejar el bolso con ropa.

La casa estaba igual que la última vez. Fui hacia la cocina-comedor y abrí la heladera en busca de alguna bebida. Sólo cerveza. “¡Cuánta variedad!” Pensé. Agarré un vaso de la alacena, lo llené con agua de la canilla y comencé a beber mientras me sentaba en la barra.

- Bueno, ¿qué querés comer? No tengo mucho que ofrecerte porque como verás no estoy hace tiempo acá, pero algo voy a encontrar en las alacenas y…- Me preguntó Gadiel mientras agarraba una pequeña botella de Heineken de la heladera.
- No, no me puedo quedar a comer porque…
- Dejá, ya sé, no hace falta que me expliques- Me interrumpió dándome la espalda.
- ¿Qué es lo que ya sabés?- Pregunté confundida.
- Que seguro tenés algún compromiso con “alguien”- Respondió haciendo énfasis en la palabra alguien, pero sin dejar de darme la espalda.
- ¿Con quién?
- Dana, todo bien con que no me quieras contar este tipo de cosas porque yo me declaré ante vos, y sabes lo sensible que me pongo y la de taradeces que puedo hacer en caso de ponerme celoso- Me dijo señalando sus yesos- Pero tampoco soy estúpido y no me gusta que me traten como si lo fuera.
- Para, pone pausa, me parece que me perdí la escena en la que yo te oculto cosas y te trato como estúpido- Le contesté confundida y a la vez enojada porque me tratara de todas las cosas que me trato- Si me explicás todo me harías un gran favor teniendo en cuenta que no entiendo nada.
- ¡Dale dejá de simular, ayer cuando hablamos por teléfono lo oí!
- ¿A ver Gadielito, qué es lo que oíste?- Mantener la calma en estas situaciones se me hacía muy difícil. Y más si la situación lo involucraba a Gadiel. Y más si me moría de ganas de saltarle encima y pegarle hasta el cansancio por ser tan sobreprotector y no tener motivos para serlo. Igual aunque me molestaba, muy en el fondo me encantaba que fuera celoso. ¿Complicada, yo?
- “¿Venís a la cama Danita?, ya voy Javi”- Citó con una voz mas aguda y estúpida de lo normal. Supongo que tratando de hacerse el cursi- ¿Me vas a decir que escuché mal?
- Ah no, vos te pasas en idiota- Le contesté riéndome porque me había causado gracia su tono de voz y el hecho de que había exagerado el llamado de mi primo. No me hubiera extrañado que al citar mi respuesta hubiera puesto accidentalmente un “mi amor” o un “mi vida”.
- Lo único que faltaba es que a vos te causara gracia. Yo estaba acá muriéndome por vos y a vos te causa gracia- Me dijo enojado abriéndose otra cerveza.
- ¿Ves que sos un celoso y en vez de preguntar hablas sin saber?- Le pregunté todavía riendo, mientras me acercaba hacia el que aún estaba de espaldas y lo abrazaba- El que estaba ayer a la noche en mi casa es mi primo Javier que vino a buscarme para ir a Mendoza.
- ¡Ah, INCESTO!- Exclamó en señal de victoria.

Ante su comentario estallé en una risa que no pude controlar hasta pasados quince minutos.

- ¿No te das cuenta de que en tu afán por tener razón decís cosas absurdas?- Le pregunté una vez que pude dejar de atragantarme con mi propia risa.
- Bueno, pero te preguntó si ibas a la cama- Me refutó mientras se daba vuelta y quedamos abrazados frente a frente.
- Porque íbamos a ver una película y justo me llamaste, entonces estaba impaciente.
- Ah- Dijo al darse cuenta del malentendido- Igual, no me podés negar que al principio mi razonamiento era razonable- Siempre peleando hasta el final.
- Si claro- Mejor terminar en paz.

Quedamos en un completo silencio, abrazados, frente a frente. No pude contener la risa, una risa nerviosa, casi imperceptible.

- ¿De qué te reís?
- De nada, ya sabés que me río cuando estoy nerviosa.
- ¿Estás nerviosa?- Preguntó con una sonrisa pícara.
- Un poco- Susurré bajando la mirada. Una vez más esos ojos me traspasaban. Lanzo una leve carcajada ante mi respuesta.
- ¿Y vos de que te reís?
- De nada, te pongo nerviosa. Eso es un avance.

Me quedé sin palabras. Osea que él consideraba que me estaba conquistando por decirlo de alguna manera. Yo con mi actitud le había dado a entender que no me pasaba nada con él.
Se escuchó un ruido en la puerta, los dos miramos en esa dirección. Otro sonido. Gadiel me soltó y se dirigió hacia la puerta mientras yo lo seguía.

- ¿Hay alguien que tenga la llave de acá?
- Hmm, si pero…- Me respondió dubitativo.

Reaccioné antes que él y como sabía que no iba a poder abrir la puerta jalé de la manija y la abrí quedando detrás de ella.

- Justo estaba por tocar…- Se detuvo al verme salir de atrás de la puerta- Dana- Susurró mirándome sorprendida.
- Sí, Dana- Afirmó Gadiel en un tono desafiante.
Comments3
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Natushka's avatar
:O ah, no, pero quien era, nena???

Che: "bebía todo el contenido del baso" :XD: Media pila.

"- ¡Ah, INCESTO!- Exclamó en señal de victoria." :rofl:

"- Ay que bueno, encontré familia adoptiva- Bromeó Gadiel." :giggle:

Me encantó :D